Page 24 - La Casa de Bernarda Alba
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MARTIRIO: Tome usted el mío.
BERNARDA: ¿Y tú?
MARTIRIO: Yo no tengo calor.
BERNARDA: Pues busca otro, que te hará falta. En ocho años que dure
el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Hacemos
cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas. Así pasó
en casa de mi padre y en casa de mi abuelo. Mientras, podéis empezar
a bordar el ajuar. En el arca tengo veinte piezas de hilo con el que
podréis cortar sábanas y embozos. Magdalena puede bordarlas.
MAGDALENA: Lo mismo me da.
ADELA: (Agria). Si no quieres bordarlas irán sin bordados. Así las
tuyas lucirán más.
MAGDALENA: Ni las mías ni las vuestras. Sé que yo no me voy a
casar. Prefiero llevar sacos al molino. Todo menos estar sentada
días y días dentro de esta sala oscura.
BERNARDA: Eso tiene ser mujer.
MAGDALENA: Malditas sean las mujeres.
BERNARDA: Aquí se hace lo que yo mando. Y a no puedes ir con el
cuento a tu padre. Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para
el varón. Eso tiene la gente que nace con posibles. ( Sale Adela).
Voz: ¡Bernarda! ¡Déjame salir!
BERNARDA: (En voz alta). ¡Dejadla ya! (Sale la Criada).
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