Page 25 - La Casa de Bernarda Alba
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LA CASA DE BERNARDA ALBA


       CRIADA: Me ha costado mucho sujetarla. A pesar de sus ochenta
       años, tu madre es fuerte como un roble.

      BERNARDA: Tiene a quien parecerse. Mi abuelo fue igual.


      CRIADA:  Tuve durante el duelo que taparle varias veces la boca
      con un costal vacío porque quería llamarte para que le dieras agua
      de fregar siquiera, para beber y carne de perro, que es lo que ella
      dice que tú le das.

      MARTIRIO:  ¡Tiene mala intención!

      BERNARDA:  (A la Criada). Dejadla que se desahogue en el patio.

      CRIADA: Ha sacado del cofre sus anillos y los pendientes de amatista;
      se los ha puesto, y me ha dicho que se quiere casar. (Las hijas ríen).


      BERNARDA: Ve con ella y ten cuidado que no se acerque al pozo.

      CRIADA: No tengas miedo que se tire.

      BERNARDA:  No es por eso ... Pero desde aquel sitio las vecinas
      pueden verla desde su ventana. ( Sale la Criada).

      MARTIRIO: Nos vamos a cambiar de ropa.

      BERNARDA: Sí, pero no el pañuelo de la cabeza. (Entra Adela).
      ¿Y Angustias?

      ADELA:  (Con intención). La he visto asomada a las rendijas del
      portón. Los hombres se acaban de ir.

      BERNARDA:  ¿Y tú a qué fuiste también al portón?


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