Page 29 - La Casa de Bernarda Alba
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LA CASA DE BERNARDA ALBA
LA PoNCIA: No, Bernarda, a cambiar ... Claro que en otros sitios
ellas resultan las pobres.
BERNARDA: ¡Calla esa lengua atormentadora!
LA PoNCIA: Contigo no se puede hablar. ¿Tenemos o no tenemos
confianza?
BERNARDA: No tenemos. Me sirves y te pago. ¡Nada más!
CRIADA: (Entrando). Ahí está don Arturo que viene a arreglar
las particiones.
BERNARDA: Vamos. (A /,a Criada). T ú empiezas a blanquear el
patio. (A La Poncia). Y tú ve guardando en el arca grande toda
la ropa del muerto.
LA PoNCIA: Algunas cosas las podíamos dar.
BERNARDA: Nada, ¡ni un botón! Ni el pañuelo con que le hemos
tapado la cara. (Sale lentamente y al salir vuelve /,a cabeza y mira a
sus criadas. Las criadas salen después) .
Entran Amelía y Martirio.
AMELIA: ¿Has tomado la medicina?
MARTIRIO: ¡Para lo que me va a servir!
AMELIA: Pero la has tomado.
MARTIRIO: Yo hago las cosas sin fe, pero como un reloj.
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