Page 98 - Historias de Cronopios y Famas
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Discurso del oso encienden la luz y escriben un papelito para acordarse de
protestar cuando vean al portero. Yo busco la canilla que
siempre queda abierta en algún piso; por allí saco la
nariz y miro la oscuridad de las habitaciones donde viven
esos seres que no pueden andar por los caños, y les tengo
algo de lástima al verlos tan torpes y grandes, al oír
cómo roncan y sueñan en voz alta, y están tan solos.
Cuando de mañana se lavan la cara, les acaricio las meji
llas, les lamo la nariz y me voy, vagamente se gu ro de
Soy el oso de los caños de la casa, subo por los caños haber hecho bien.
en las horas de silencio, los tubos de a a caliente, de la
gu
calefacción, del aire fresco, voy por los tubos de depar
tamento en departamento y soy el oso que va por los
caños.
Creo que me estiman porque mi pelo mantiene
limpios los conductos, incesantemente corro por los
tubos y nada me gusta más que pasar de piso en piso res
balando por los caños. A veces saco una pata por la cani
lla y la muchacha del tercero grita que se ha quemado, o
gruño a la altura del horno del se ndo y la cocinera
gu
m
Guillerina se queja de que el aire tira mal. De noche
ando callado y es cuando más ligero ando, me asomo al
techo por la chimenea para ver si la luna baila arriba, y
me dejo resbalar como el viento hasta las calderas del
sótano. Y en verano nado de noche en la cisterna pico
teada de estrellas, me lavo la cara primero con una
mano, después con la otra, después con las dos juntas, y
eso me produce una grandísima alegría.
Entonces resbalo por todos los caños de la casa,
gruñendo y contento, y los matrimonios se agitan en sus
camas y deploran la instalación de las tuberías. Al nos
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