Page 94 - Historias de Cronopios y Famas
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Plan para un poema                                  vociferando al mismo tiempo la cotización del mercado
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                                                                          Liniers ochenta y ocho pesos, y el girasol hizo manifes­
                                                                          taciones oprobiosas al repórter Esso, un poco por can­
                                                                          sancio luego del recuento de sus granos, en parte porque
                                                                          su destino ulterior no fi raba en la boleta de venta. Al
                                                                                                 gu
                                                                           atardecer habrá una concentración de fuerzas vivas en la
                                                                           Plaza de Mayo. Las fuerzas irán por distintas calles hasta
                                                                           equilibrarse en la pirámide, y se verá que viven gracias a
                                                                           un  sistema de  reflejos  instalado por  la municipalidad.
           , � ue sea Roma la que Faustina, que el viento aguce            Nadie duda de que los actos se cumplirán con la máxima
      los lapices de plomo del escriba sentado, o atrás de enre­           brillantez, lo que ha provocado como es de suponer una
      daderas centenarias  aparezca  escrita  una  mañana  esta            extraordinaria expectativa. Se han vendido palcos, irán el
      frase  convincente:  No hay  enredaderas  centenarias,  la           señor  cardenal,  las  palomas,  los  presos  políticos,  los
      botánica es una ciencia, al diablo los inventores de imá­            tranviarios, los relojeros, las dádivas, las gruesas señoras.
      genes presuntas. Y Marat en su bañadera.                             Y Marat en su bañadera.
           1:' ambién  veo la persecución de  un grillo por una
      bandeJa  de plata,  con la señora Delia que suavemente
      acerca una mano semejante a un sustantivo y cuando va
      a atraparlo el grillo está en la sal (entonces cruzaron a pie
         _
      enJuto, y Faraón los maldecía en la ribera) o salta al deli­
      cado mecanismo que de la flor del trigo extrae la mano
      se a de la tostada. Señora Delia, señora Delia, deje a ese
        �
      gnllo andar por platos playos. Un día cantará con tan
      terrible venganza que sus relojes de péndulo se ahorca­
      rán en sus ataúdes parados,  o la doncella para la ropa
      blanca dará a luz un monograma vivo, que correrá por la
      casa repitiendo sus iniciales como un tamborilero. Seño­
      ra Delia, los invitados se impacientan porque hace frío.
      Y Marat en su bañadera .

          .  Por fin  que  sea  Buenos Aires en  un  día salido  y
      rehilado, con trapos al sol y todas las radios de la cuadra

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