Page 58 - De Victoria para Alejandro
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-Y o siempre fui un campesino y de estas Lo han ahorrado de su trabajo. Es un signo de
cosas no entiendo; no como mi primo Santiago, ni fraternidad. Podéis aceptarlo sin contaminaros.
como el Señor. ¿Qué es? -Acompáñame a la asamblea, hija. Los
-Una copia del Evangelio. Marcos fue re hermanos ya deben estar reunidos. Daremos gra
copilando la vida y las palabras de Jesús que se 1 cias al Señor por tu llegada.
explicaban en las reuniones; los testigos se mueren
y a veces se cambia alguna cosa; así que se ha
puesto por escrito para que todos puedan cono
cerlas. En Jerusalén, día octavo
-Aquí todos las recordamos. Nosotros he de los idus de mayo. Es primavera
mos contado siempre con numerosos testigos que
viven todavía y que nos relatan lo que vieron y De Victoria a Alejandro en casa de Pompilio.
oyeron. Los judíos no hemos necesitado nunca de Salud
palabras escritas para tener presente la historia de
nuestro pueblo. Querido Alejandro: Ya he conocido a los
Cogió el rollo de pergamino y lo guardó en hermanos de la iglesia de Jerusalén. Son muy piado
su estuche decorado con dibujos en rojo y dorado. sos y muy judíos*. Todavía sienten la falta de San
-De todas formas, lo aceptamos como un tiago, el hermano del Señor-*, al que algunos, paga
presente de vuestra iglesia. dos por los saduceos, han matado a pedradas, aun
Victoria sacó un bolsillo que tintineó sobre que todos reconocían que era un hombre justo. Me
la mesa. costó trabajo entrevistarme con el obispo, que es
-También envían un donativo para vues- también pariente del Señor; no te puedes imaginar el
tras viudas. aislamiento de las mujeres en esta tierra,· comen,
-Nosotros somos la iglesia de los pobres; viven y rezan en un mundo aparte del de los hom
nuestras viudas pasan hambre. No hay riqueza ni bres, ante los que se presentan cubiertas con el man
prosperidad estos años en Jerusalén, pero a pesar to so pena de que las consideren de poca virtud.
de todo, no podemos contaminarnos con el oro de Ofrecí al obispo la copia del rollo del Evangelio de
los gentiles*. Marcos; naturalmente no les he dicho que el escriba
-Es un donativo de los hermanos, obispo era yo. Lo aceptaron cortésmente, aunque el obispo
Simeón. Algunos son tan pobres como vosotros. me dijo que no creía que tuviese mucha utilidad para