Page 30 - De Victoria para Alejandro
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Intentaba escribir a Alejandro y no podía muchacho de Roma sería feliz de casarse contigo.
formular bien sus ideas. Todavía le duraban la in ¡Pero te has enamorado de un esclavo! Ése es el
dignación y el disgusto por la regañina del tío José. peligro de tu fe cristiana. Empiezas por creer que
Victoria siempre había vestido muy sencillamente tu Cristo ha salvado a todas las gentes y acabas
y sus ropas no eran en absoluto lujosas ni inconve creyendo que un esclavo griego es tu igual -levan
nientes. Claro que no conocía las costumbres ju tó una mano, riendo, ante la protesta de Victoria-.
días, pero mujeres vestidas a la manera de Roma Sí, ya sé que es muy culto, que es griego, que es el
se encontraban a cientos en Cesárea. No iba a mejor administrador, el favorito de su amo Pompi
llamar la atención de nadie. lio, y seguro que tendrá ojos oscuros y rizos brillan
Recordó a Antonia, la mujer de su padre, tes. Y que también es cristiano y que le amas con
intentando que se maquillara o que utilizase ador locura. ¡Si no hay más que verte! Rezumas felici
nos y joyas. Le trenzaba el pelo con cintas de color dad. Pero no te puedes casar con un esclavo.
verde porque decía que era el color que más la Victoria recordaba que había suplicado.
favorecía. Antonia era una auténtica matrona ro -Antonia, por favor...
mana, llena de sentido común y que la quería mu -No lo digo yo. Lo dice la ley de Roma
cho. Ella era quien había adivinado su enamora -sonrió-. O sea, que si tanto le quieres, y él te ama
miento. también, debe dejar de ser esclavo. El matrimonio
-Victoria, hija, ¿qué te pasa? Estás como con un liberto no da lustre a la familia, pero es
entre nubes. legal. Tenemos que conseguir la libertad de tu Ale
Ella había enrojecido y Antonia se había jandro.
sentado a su lado con cierta picardía cariñosa. Victoria se había arrojado en sus brazos,
-¿Quién es él? ¿Lo sabe tu padre? riendo y llorando al mismo tiempo. Aún ahora, al
Se había echado a llorar y acabó confesan recordarlo, también lloraba.
do a su madrastra su amor imposible por Alejan Estaba dispuesta a soportar aquel desagra
dro. Antonia escuchó seriamente y reflexionó antes dable viaje para recoger el rescate de Alejandro. Su
de hablar. tío José había asegurado a su padre que sus admi
-¡Qué difícil es todo! ¿No había un buen nistradores en Jerusalén no podían solventar el
muchacho hijo de un patricio que te enamorase? asunto. Y su padre temía por ella en el turbulento
¡Un esclavo! Eres hija de un senador, Victoria. ambiente de Roma lleno de odio hacia los cristia
Tienes deberes con la casa de tu padre y cualquier nos. Sonrió al recuerdo de su familia y de su casa.