Page 101 - De Victoria para Alejandro
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eso?. Después de todo, muy pronto, él será el admi -Bebe un poco, dómina Victoria, estás
nistrador de tus bienes. muy pálida. El exceso de calor, sin duda. ¡Yo podía
-¿Mi futuro esposo? haber ido a la casa a verte!
-Tu tío me habló de los deseos de tu Bebió con ansiedad; pensó que llevaba el
padre. día pasando su disgusto con tragos de agua fresca y
-Recibiste instrucciones de mi padre. ¿Te sonrió tristemente. El hombre pareció conmoverse.
decía algo de ello? -Dómina Victoria ... -miró en derredor a
-Me indicaba que te autorizaba para reci sus empleados y bajó la voz-, yo también tengo una
bir la herencia de tu abuelo; me encargaba cuidase hija y la amo; dime la verdad: ¿te quieres casar?
de que se entregasen las cantidades estipuladas. Victoria negó con la cabeza.
Debía revisar las cuentas y aconsejarte. Lo he he -Mi padre no sabe nada --musitó-. Todo
cho. El senador Cornelio me escribía de su gran es una trampa.
confianza en tu buen juicio. Debía obedecerte y El hombre se irguió y volvió a hablar en
respetarte como si fueses, en palabras de tu padre, voz alta.
un varón adulto. También lo he cumplido. Ahora, -Soy agente comercial, dórnina Victoria.
si tu padre, en uso de su derecho, desea que cases Trabajo para tu padre y para otros nobies patri-
con el hijo de Simeón bar Ismail, eso sale de mis cios. No entiendo de esas cosas y mi trabajo está
relaciones comerciales y no tiene por qué darme en Jerusalén y en Roma. No puedo oponerme a las
instrucciones al respecto. grandes familias si no quiero perder nombre y
-Quiero enviar una carta a mi padre antes clientela y encontrarme con el puñal de un sicario.
de mi boda. Si necesitas dinero para tus gastos, te lo daré sin
-Dámela y la enviaré, señora; pero el bar preguntar. Si deseas comprar el ajuar, dímelo y te
co tardará demasiado. Las bodas serán antes. Tu aconsejaré los mejores proveedores; pero no hace
tío José es tu tutor y representará a tu padre. falta que vengas a mi establecimiento. Y o iré muy
Victoria calló. Volvía a sentir frío en me gustoso a casa de Simeón bar Ismail.
dio del día caluroso; se sentía cogida en una red en Victoria se levantó sin decir palabra. Un
la que cuanto más se revolvía más se estrechaba en infinito desánimo la invadía. El hombre la acompañó
torno a ella. a la puerta y en el último momento susurró:
El hombre vertió agua en una copa de -No debería decir esto: tu solución es una
cristal coloreado. carta por vía militar. Son las más rápidas.