Page 302 - Narraciones extraordinarias
P. 302
así pude comprender el significado de sus palabras: Afuera la tempestad se desencadenada en toda su furia.
-¿No lo oyes? Sí, lo oigo y lo he oído. Durante muchos De pronto una intensa luz se proyectó en el camino, y me
minutos, horas y días lo he oído, pero no me atrevía ... volví para ver su procedencia, pues lo único que había tras
¡Ah, ten piedad de mí! ¡No me atrevía a hablar! ¡La hemos de mí era la oscura mansión. El resplandor venía de la luna
metido viva en la tumba! ¿No dije que mis sentidos eran llena, roja como la sangre, que ahora brillaba a través de
agudos? Ahora te digo que sentí sus primeros movimientos aquella grieta en zigzag que atravesaba toda la estructura
en el ataúd. Los oí hace días y no me atreví a hablar. Y de la casa, desde el techo hasta el estanque. Mientras la
ahora, esta noche, Ethelredo, ¡ja, ja! La puerta rota y el observaba, la fisura se agrandó con rapidez, hubo de nuevo
escudo en el suelo. ¡Di mejor, el ruido del ataúd al romperse, una violenta ráfaga, y todo el disco de la luna estalló frente
el chirrido de los goznes de hierro de su prisión, sus luchas a mi vista. Mi espíritu vaciló al ver los pesados muros
dentro de la cripta revestida de cobre! ¡Oh! ¿Adónde huir? desmoronarse y partirse en dos; un horrible y profundo
¿No vendrá a buscarme enseguida? ¿No reprochará mi clamor estalló como la voz de mil torrentes, y el estanque
prisa? ¿No he oído sus pasos en la escalera? ¿No distingo se cerró tétrica y silenciosamente sobre los restos de la
el pesado latido de su corazón? ¡Insensato! -y se alzó de casa Usher.
pronto y gritó furioso estas palabras-: ¡Insensato! ¡Te digo
que está del otro lado de la puerta! "(
En ese mismo instante, como si la energía de su voz
fuera un hechizo, la enorme y antigua puerta que Usher
señalaba se abrió de par en par. Aunque ello era obra de
una violenta ráfaga de viento, del otro lado de la puerta
estaba la alta y amortajada figura de Lady Madeline. Sus
blancas ropas estaban manchadas de sangre, y había huellas
de lucha en todo su- cuerpo. Se mantuvo temblando por
unos minutos en el umbral, luego, con un lamento, cayó
pesadamente sobre el cuerpo de su hermano, y en su agonía
final lo arrastró con ella al suelo, muerto, víctima de los
terrores que él había anticipado.
Huí aterrado de aquella habitación, de aquella mansión.
300 301