Page 301 - Hamlet
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¡Una falta de frase, sin par! Es una falta de frase, pero, oíd lo demás. Estas letras,
                  destinadas a que su blanco y hermoso pecho las guarde: éstas...

                       GERTRUDIS.- ¿Y esa carta se la ha enviado Hamlet?

                       POLONIO.- Bueno, ¡por cierto! Esperad un poco, seré muy fiel.

                                                  Duda que son de fuego las estrellas,
                   duda si al sol hoy movimiento falta,
                   duda lo cierto, admite lo dudoso;
                   pero no dudes de mi amor las ansias.

                       Estos versos aumentan mi dolor, querida Ofelia; ni sé tampoco expresar mis penas con
                  arte; pero cree que te amo en extremo posible. Adiós. Tuyo siempre, mi adorada niña,
                  mientras esta máquina exista. Hamlet. Mi hija, en fuerza de su obediencia, me ha hecho ver
                  esta carta, y además me ha contado las solicitudes del Príncipe; según han ocurrido, con
                  todas las circunstancias del tiempo, el lugar y el modo.

                       CLAUDIO.- ¿Y ella cómo ha recibido su amor?

                       POLONIO.- ¿En qué opinión me tenéis?

                       CLAUDIO.- En la de un hombre honrado y veraz.

                       POLONIO.- Y me complazco en probaros que lo soy. Pero, ¿qué hubierais pensado de
                  mí, si cuando he visto que tomaba vuelo este ardiente amor...? Porque os puedo asegurar
                  que aun antes que mi hija me hablase, ya lo había yo advertido... ¿Qué hubiera pensado de
                  mí vuestra Majestad y la Reina que está presente, si hubiera tolerado este galanteo? ¿Si,
                  haciéndome violencia a mí propio, hubiera permanecido silencioso y mudo, mirándolo con
                  indiferencia? ¿Qué hubierais pensado de mí? No, señor; yo he ido en derechura al asunto, y
                  le dije a la niña ni más ni menos. Hija, el señor Hamlet es un Príncipe muy superior a tu
                  esfera... Esto no debe pasar adelante. Y después, le mandé que se encerrase en su estancia
                  sin admitir recados, ni recibir presentes. Ella ha sabido aprovecharse de mis preceptos, y el
                  Príncipe... (para abreviar la historia) al verse desdeñado, comenzó a padecer melancolías,
                  después inapetencia, después vigilias, después debilidad, después aturdimiento y después
                  (por una graduación natural) la locura que le saca fuera de sí, y que todos nosotros
                  lloramos.

                       CLAUDIO.- ¿Creéis, señora, que esto haya pasado así?

                       GERTRUDIS.- Me parece bastante probable.

                       POLONIO.- ¿Ha sucedido alguna vez..., tendría gusto de saberlo...? ¿Que yo haya dicho
                  positivamente: esto hay, y que haya resultado lo contrario?

                       CLAUDIO.- No se me acuerda.
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