Page 149 - Romeo y Julieta
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ROMEO Y JULIETA
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de ello ... Entonces, y calculando la hora en que Julieta debía alguien apareció con una antorcha y empezó a abrir n sepul
despertar, me vine al cementerio para sacarla del mausoleo y cro. Entonces mi señor desenvainó y yo corrí a pedlf ayuda.
llevarla a mi convento, donde la mantendría oculta hasta que Príncipe: Esta carta confirma las palabras del fraile. En ella
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pudiera avisar a su esposo ... Pero cuando llegué, momentos habla de su amor, del anuncio de la muerte de Julteta, de
antes de que ella despertara, encontré muertos al noble Paris y que compró veneno a un boticario de Manma para poder
al fiel Romeo. Julieta despierta, y yo le suplico por Dios que me morir y descansar al lado de Julieta ... ¡Capuleto! ¡Montesco!
siga y que respete la voluntad suprema. Oigo pasos, entonces, y ¡He aquí, enemigos, el castigo que recibís por v ues ros odios!
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me aparto de ella temeroso. Y luego ella, desesperada al parecer, Sirviéndose del amor, el cielo os ha privado para siempre de
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se da muerte . . . Es todo lo que puedo decir. Del matrimonio toda alegría ... Y a mí, por no poner fin a vuestr s rencor s,
puede dar testimonio su nodriza. Y si hay culpa mía en algunos me ha privado de dos de mis parientes. El casngo de D10s
de estos hechos, aplicadme todo el ri or de la ley y poned fin nos ha herido a todos.
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a las pocas horas de vida que aún me van quedando. Capuleto: • Pasadme vuestra mano, hermano Montesco! Es
Príncipe: Siempre os hemos considerado un varón santo y lo que hab�ía querido ver mi hija viuda. Es lo único que
virtuoso. Oigamos ahora al criado de Romeo. ¿Qué puedes me atrevo a pediros.
decir tú? Montesco: Pero yo os daré algo más. Prometo hacer erigir una
Baltasar: Yo le di a mi señor la noticia de que Julieta había estatua de oro de la hermosa J ulieta, para que mientras exista
muerto. A toda prisa vinimos desde Mantua a este lugar. Verona se conserve el recuerdo de su fidelidad y constancia.
Ya en este mismo mausoleo, Romeo me dio la carta que Capuleto: Y a su lado yo haré erigir otra igual para Rom o,
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aquí véis, pidiéndome que se la hiciera llegar temprano a para que siempre esté al lado de su esposa. ¡Inocentes vic-
su señor padre. Luego entró a la cripta y me amenazó de timas de nuestra enemistad!
muerte si le seguía y no le dejaba solo. Príncipe: Tardía paz la de este amanecer. El sol no alumbrará,
Príncipe: Dame la carta. ¿ Y dónde está el criado del conde, entristecido. Retiraos. Ya volveremos sobre estos crueles he
el que avisó a la ronda? A ver, muchacho, ¿por qué estaba chos. Habrá perdón para algunos, castigo para otros. N nca
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aquí tu señor? se vio una historia tan triste como esta de Romeo y Juheta.
Criado: Vino a traerle Rores a su novia. Me ordenó que le
(Salen todos).
esperara fuera del mausoleo, y yo cumplí sus órdenes. Pero
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