Page 131 - Romeo y Julieta
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 (Entra Capuleto).
       Sra. de Capuleto: ¡Día maldito, espantoso, funesto y cruel!
 Capuleto: ¿No os da vergüenza? Julieta ya debía estar lista.  ¡La peor de las horas que el tiempo ha  visto en su inter­
 Su novio la está esperando.
       minable transcurso! ¡Yo sólo tenía una, una sola hija, una
       sola y  amada hija! ¡Una sola para alegrarme, para darme
 Nodriza: ¡Pero si ha muerto! ¡ha muerto! ¡Ay, maldito día!
       esperanzas, y la muerte me la arrebata!
 Sra. de Capuleto: ¡Espantoso día! ¡Muerta! ¡Está muerta!
       Nodriza: ¡Maldito y horroroso día! ¡Ay, el más doloroso, el
 Capuleto:  ¡Dejádmela ver!  ¡Dios mío, está muerta!  ¡Está
 helada, su sangre no circula, su cuerpo está rígido! Hace rato  día más negro, más funesto y más horrible que yo jamás he
 que perdió el color de sus labios. La muerte cayó sobre ella  conocido! ¡Ay, maldito,  maldito día!  ¡Nunca hubo un día
 como la temprana escarcha sobre la más bella flor.  peor que éste! ¡Maldito día!
 Nodriza: ¡Maldito día!   Paris: ¡Y yo burlado, viudo, herido, deshonrado, asesinado!
       ¡Oh, detestable muerte, cómo te has reído de mí! ¡Cómo
 Sra. de Capuleto: ¡Qué día tan espantoso!
       me ha destruido tu crueldad! ¡Amor, vida, codo deshecho!
 Capuleto: Su muerte horrible me traba la lengua y hasta
 mis lamentos.   Capuleto: ¡Y yo, infeliz, abatido, despreciado, desgarrado,
        muerto!  Atroz momento,  ¿por qué llegaste  a  asesinar la
 (Entran Fray Lorenzo, Paris y músicos).
       alegría de nuestra fiesta ... ? ¡Hija mía, que más que mi hija
 Fray Lorenzo:  ¿Todo listo? ¿A qué hora  saldrá la novia  eras mi alma! ¡Estás muerta!  ¡Muerta!  ¡Con tu muerte se
 para la iglesia?
       acaba para siempre la alegría!
 Capuleto: Todo listo para que salga y no regrese jamás. (A
       Fray Lorenzo: ¡Basta! ¡Calláos! ¡Cesad en vuestras lamen­
 Paris). ¡Hijo mío, en víspera de tu boda, la muerte poseyó a
       taciones! A esta doncella la teníais tan poco como al cielo;
 tu esposa! Era una flor, y la muerte la desfloró cruelmente.
       ahora el cielo la tiene a ella, y quien gana es ella. Vosotros no
 La muerte es desde hoy mi yerno y heredera: ella se ha ca­
       pudísteis librarla de la muerte, pero el cielo ahora la guarda
 sado con mi hija. Yo moriré también y ella heredará codo:  para siempre. ¿Acaso no queríais verla feliz y glorificada? ¿ Y
 mi vida, mi fortuna, todo  ...
       os lamentáis porque el cielo lo ha hecho ahora? Mal amor
 Paris: ¡Cuánto deseé ver este día, y cuán horrible es lo que  es el vuestro si lloráis porque vuestra hija ha encontrado
 me muestra!   el amor eterno. La esposa más feliz no es la que tiene más
       años de casada sino la que muere joven ... Detened vuestras


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