Page 85 - Trece Casos Misteriosos
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El caso del joyero an ustiado
g
Ya estaban cerrando los locales comerciales de la
calle Providencia y las pesadas cortinas metálicas
caían una tras otra. En el interior de la joyería El
Zafiro Azul, don Pablo Levi daba las últimas reco
mendaciones a su fiel ayudante Timoteo:
-Cierra tú, por favor. Estoy muy cansado y
me iré directo a la cama: no me quiero perder,
además, las noticias de esta noche en la televisión.
-Váyase tranquilo, don Pablo. Yo me encargo
-le contestó el viejo con voz cansada.
Pablo Levi se abotonó el abrigo con cuidado,
encendió un cigarrillo y recorrió el lugar con la
mirada. Todo parecía estar en orden: la caja fuerte
cerrada, las joyas bajo llave en sus escaparates, los
catálogos ordenados y en su lugar.
-Recuerda que mañana temprano vienen a
reparar el sistema de alarma -fueron sus últimas
palabras antes de salir.
El viejo empleado refunfuñó en voz baja y
comenzó a pasar la aspiradora por la alfombra.
Unos golpes lo hicieron levantar la cabeza: eran
dos señoras de aspecto elegante, que con sonrisas
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