Page 65 - Trece Casos Misteriosos
P. 65
El caso de las secretarias
quejumbrosas
-¿Aló? El inspector Soto, por favor.
-Con él. Dígame.
-¡Hola, Heliberto! Habla Juan Mancilla.
-¡Juan! ¡Gustazo, hombre! ¿En qué te puedo
servir?
-¡Problemas! Necesito tu ayuda.
-Dime.
-Esta mañana hubo un robo en la oficina.
¿Podrías venir a verme?
-¿Se ha movido alguien desde el momento en
que lo descubriste?
-Desgraciadamente, creo que me di cuenta
muy tarde: estuvo la hora de colación de por medio.
-¡Lástima! Estaré allí lo antes posible.
-Gracias, viejo.
El señor Mancilla salió de su despacho y cuatro
secretarias vestidas de verde y azul lo miraron
expectantes.
-El inspector Soto estará aquí en un rato más,
señoritas. Háganlo pasar. Mientras tanto, Silvia, pá
seme las llamadas pendientes.
63