Page 46 - El vampiro vegetariano
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tado                     abrirlo                           a  escondidas                                                   y  está                              cerrado







                          con llave, y  el arcón  también.  Pero digo  yo





                          que  si hubiera u n   fiambre dentro, olería.






















                           Después de merendar,  Lucía subió  a casa  de



                          Tomás                             para                      contarle                                que                    le              había                        dicho











                          Rosaura. Para no asustarlo más d e   lo que
                          ya estaba,  no  le  contó  del  arcón  cerrado con






                          llave y  la                                            ropa                      negra,                          sino                     solo                    lo del





                          laboratorio  y  l   vegetarianismo.
                                                                               e









                                     -Debe de ser  u n   científico -dijo la niña al





                          final d e   su relato-, y  puede  que  esté  un  poco







                          chiflado, como mi profe de mates. Pero un ve-




                          getariano no puede  ser un vampiro.








                                    -¿Cómo  que no? Los vampiros no comen



                          nada,   comer solo manzanas   tomates es lo






                          mismo que nada -replicó  Tomás, para  quien










                          algo  de menos de cien calorías no merecía s e r





                          llamado  comida-. Si se zampara unas buenas



                          hamburguesas, no se pasaría  luego  la noche




                          chupando sangre.  Pero como está acostumbra-






                          do a  alimentarse  de  personas  vivas,  los  ani-





                          males muertos deben  de darle asco.









                                    -No  l o   había mirado de esa manera  ·re-

                          conoció Lucía.










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