Page 31 - El vampiro vegetariano
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Con la lectura (y las galletas) se les había
pasado la tarde volando, y no hacía ni cinco
minutos que habían terminado la novela cuan
do la m a dre <le Tomás lo llan1ó por el balcón
para que subiera a cenar.
---Es un poco rollo, con tanta carta y tanto
diario -comentó el niño mientras iban hacia
la puerta--, pero tiene trozo-, chulísimos.
----Sí --convino Lucía--. está muy bien.
El rdla110 estaba oscuro, y el pulsador de la
luz quedaba en el centro, enfrente de la puerta
del ascensor.
----Buenas noches, y felices pesadi ... -empezó
a decir Tomis mientras iba hacia d interrup
tor, pero no pudo terminar la frase: al ir a
pulsar el botón, sintió una mano grande y pe
luda bajo la suya. Se llevó cal susto que no
pudo ni gritar.
---¿�1é pasa? --preguntó Lucía desde la puer
ta de su casa.
En ese momento se encendió la luz, pues la
mano peluda había pulsado el interruptor, y
ante los niños, negro y siniestro, apareció el
mismísimo señor Lucarda.
---Hola -dijo con una forzada sonrisa que
puso al descubierto sus dientes blancos y afi-
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