Page 62 - Zana y Orejón
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Sosteniéndose el uno con el otro,                             Como una serpiente gigante,  una
          no alcanzaron a distinguir qué nacía                         poderosa  ola  tomó a Zana  y la  lan,
          desde las profundidades, porque en                           zó hacia aquello  que había nacido




          ese instante el cielo se partió en dos                       desde el fondo del mar, aquello que,

          con un relámpago enorme y el mar                             entre relámpagos y  rayos,  dibujaba


          tembló hasta lo más profundo con                             el perfil de una isla que se levantaba
          el rodar de los truenos que acampa,                          en el centro de la ttm,J2��tad . La ola
                                                                                                         .
          ñaron al rayo.                                               la arrastró sobre una playa, dejándo,
     60     Zana dio un grito, antes que una                           la semienterrada en la arena.                 61
          muralla  de  agua  cayera  sobre  ellos                         Sin darse cuenta que estaba sobre
          lanzándolos al mar.                                          tierra firme, se  incorporó, miró en




            La marejada los empujaba en di,                            todas direcciones  buscando  a  Ore,

          recciones opuestas. Intentaban salir                         jón. No estaba.
          a la superficie, pero las corrientes los                        Casi sin poder sostenerse en pie,





          arrastraban hacia las profundidades,                         caminó sobre la playa  llamándolo .á
         · separándolos.                                               gritos. Tambaleando caminaba fren,
            Luchando  con  todas  sus  fuerzas,                        te a la tempestad. Con la vista fija en
          Orejón logró salir a la superficie  y ,                      el mar buscaba entre las olas alguna






          a unos  metros  de él,  divisó a Zana;                       señal que le ayudara  a encontrarlo,
          trató  de  alcanzarla,  pero  otra  ola                      pero  tan solo  veía  las  aguas  revuel,

          enorme  lo arrastró alejándolo  aún                          tas azotándose contra la costa.


          más de ella.                                                    Estaba agotada,  sentía que no te,



              -gritaba    tra,                                         nía  fuerzas para mantenerse de pie.
          tanda de no hundirse.                                        De pronto,  distinguió algo flotando

            -¡Zana!, ¿dónde estás?-repetía                             sobre las olas. Sí, era él.
          Orejón, una y otra  vez,  tratando de                           -  -g  por    el

          encontrarla,  pero  el rugido  de  la                        rugido del mar.

          tempestad ahogaba su  voz entre las                                                     boca     abajo,
          olas.                                                        como un muñeco de trapo, el mar
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