Page 65 - Zana y Orejón
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lo empujaba arrastrándolo, le hacía
 ir y venir frente a la playa.
 Zana  no esperó más y,  con  todo

 su amor, se lanzó en su rescate.
 Luchando  contra  la  corriente,
 atravesando  el  oleaje,  venciendo
 la furia de la tempestad, llegó hasta
 62  él.

 Se hundían. El mar se los traga,   No hay mal que dure
 ba. Tornada de sus orejas trataba de   cien años
 sacarlo de ahí. Sus últimas fuerzas la   Capítulo X
 abandonaban ...
 Fue en  ese  momento,  cuando  la
 tormenta se los devoraba para siem,
 pre,  que una fuerza  magnífica,  1nás

 poderosa que todas las tempestades,
 más  fuerte  que  todos  los  vientos,   Sobre un cielo sin nubes, bajo
 más luminosa que todos los relám,   un  bello  sol,  gaviotas,  aves  fragata
 pagos,  los  devolvió  a  la  superficie,   y  pelícanos,  siguiendo  el  ritmo  de
 liberándolos  de  las  profundidades   la brisa matinal, una mañana tibia

 desde donde parecía que jamás lo,   y  transparente,  tendidos  sobre  la
 grarían salir. ..   arena,  inmóviles,  uno  al  lado  del
           otro, Zana y Orejón parecían, al fin,
           haber encontrado descanso,  al fin,
           habían dejado de huir. ..
              Cerca de ellos, una pareja de an,

            danos  los  miraba  con  ternura.  El
            viejo acomodó unas ramas de pal,
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