Page 59 - Zana y Orejón
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Un cielo vacío sobre un  mar in,
 móvil. La  costa  no  se  lograba  ver,   mientras  el  resplandor  del  agua  se
 navegaban  sobre  un  espacio  y  un   hacía cada vez más intenso. La in,
 tiempo habitado solo por ellos ...   terminable  penumbra  daba  paso  a
 Quizás  días  y  días,  �emanas  o   la  luz  de  un  amanecer  submarino  '
 meses, vagaron en ese océano don,   cambiándolo todo, haciendo apare,
         igual,   cer colores donde antes todo era un

 5          que  per,   enorme espacio gris.
 mitieran  saber  en  qué  dirección  se   Zana y Orejón se sentían alegres



 movía  el tiempo, pero, cuando ya   con la llegada de la luz. El mar y el  57

 creían que jamás llegarían a ningún   cielo se unían en un maravilloso en,

 lugar, Zana descubrió que  algo ha,   cuentro que llenaba todo de vida  ...



 bía cambiado.   Abrazada a Orejón, Zana sonreía.


 -¡Orejón,  mira! -Zana indi,



 caba hacia  el fondo  del mar.  Algo

 se veía brillar en las profundidades,
 algo había cruzado bajo el tronco ...
 Ambos pudieron ver que  aquello


 era como pequeños peces luminosos
 que  se abrían paso  en la oscuridad







 de las profundidades, resplande,
 ciendo desde el fondo.

 Las luces se  multiplicaron  y  se

 fueron haciendo más intensas, trans,
 f armándose en  un  enorme  arco iris

 invertido que desde el fondo ilumi,
 naba toda la superficie.
 Un  brisa  t  c    em,

 puiar e    c    fuerza,
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