Page 46 - Zana y Orejón
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Ab        entre                                        gritó      Zana:    de
           llantos, se lamentaba:                                      aqu . .. verdura!"
                                                                           í
             -Qué van a decir tus tías, tus pri,                          No         alejarse


           mos, tus hermanos, mis  vecinos. Si                         lo antes posible de aquel lugar.
           tus padres vivieran,  te  aseguro  que,                       Orejón caminaba mirando al




           después de esta noticia,  saldrían de,                     suelo,  Zana  lo  seguía,  tomada  de
           trás del zorro para que se los volviera                    su  mano  y llorando en silencio;  los
           a comer. ¿Cómo te atreves a hacer,                         demás conejos se reían de ellos,  les
                                             h
                                                       '

      44   nos esto ....   tú y una zana  ona ....                    decían cosas, que mejor no repito,             45





                        7  T�
              Orejón  no  podía  creer  lo  que                       burlándose de su tristeza.
           estaba escuchando  y  solo atinó a                            L        dejaban



           decir:                                                     atrás   valle de los  conejos. Corría
             -Abuelos, yo la amo -pero los                            un viento helado y las copas de los

           ancianos ya no escuchaban ...                              árboles se ·estremecían bajo una llu,
             -Aquí no pueden,  hic, vivir.                            via intensa. Más  arriba, las nubes








           ¡Fuera!  ¡Hiel hic, hic, hic, hic-les                      avanzaban  llevando  al otoño  de

           gritó el Abuelo  de los abuelos,  casi                     un lugar a otro, mientras ellos, allá




           verde de rabia y de hipo.                                  abajo, como dos pequeñas sombras,
              Mientras abría la puerta de aquel                       atravesaban el campo sin  saber  a






           lugar  y  les indicaba que se fueran,                      dónde ir.

           la Abuela de las abuelas, apuntando                          Se detenían en cualquier lugar,





           a Zana con  el dedo  y mirando  fija,                     apenas descansaban, para una vez más
           mente a Orejón, les dijo:                                 retomar  un viaje que parecía nunca




              -      rat      ardilla,                               llegaría a su  fin. En este  camino en,



               p    zanahoria ...                                    frentaron los riesgos y necesidades de
           ¡Jamás!                                                   quienes van por el mundo  sin  tener








              Cu�ndo ya  Zana y Orejón se en,                        dónde  vivir.  No  fueron  pocas  las
           caminaban hacia la salida y, como si                      amenazas que tuvieron que vencer,




           nn fuera suficiente, la abuela también                           logró   a
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