Page 42 - Zana y Orejón
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zancadilla a Orejón, pero este lo al, -¡Días! -le repitió la abuela,
canzó a esquivar y , fue tal la mirada casi gritándole en una de sus orejas.
que Orejón le lanzó, que el bromis, -Está bien, ¡días!, no tienes para
ta rápidamente se escondió entre qué gritarme, ya sé que afuera es de
los demás. día.
Hablaban en voz baja señalando Zana sonrió. El Abuelo de los
a la· pobre Zana, quien caminaba abuelos los miró de arriba a abajo
muy cerca, muy cerca de Orejón. Él 41
40 y luego le indicó a Orejón que se
iba muy serio y con sus orejas muy acercara.
atentas, preparado a defenderla de Orejón caminó hasta él, seguido
quien fuera capaz de hacer o decir por Zana.
algo en contra de ella. -No escucho muy bien, pero veo
El Abuelo de los abuelos de todos perfectamente que me traes un rico
los conejos vivía en una cueva/al regalo -dijo el anciano, fijando su
final de aquel largo túnel. . . de la mirada en Zana.
cual hacía ya mucho tiempo que no
salía.
Cuando Orejón y Zana llegaron,
el Abuelo de los abuelos estaba con,
versando con la Abuela de las abue,
las, mientras saboreaban un rico té
de apio ...
Orejón y Zana entraron despacito.
-¡ Buenos días, abuelo! -dijo
Orejón tímidamente, avanzando
hacia ellos y tomado de la mano de
Zana.
-¿ Buenos qué? -preguntó el
Abuelo de los abuelos.