Page 43 - Zana y Orejón
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zancadilla a Orejón, pero este lo al,   -¡Días!  -le  repitió  la  abuela,
 canzó a esquivar y ,  fue tal la mirada   casi gritándole en una de sus orejas.
 que Orejón le lanzó, que el bromis,   -Está bien, ¡días!, no tienes para
 ta  rápidamente  se  escondió  entre   qué gritarme, ya sé que afuera es de
 los demás.   día.
 Hablaban en voz baja señalando   Zana  sonrió.  El  Abuelo  de  los
 a  la· pobre  Zana,  quien  caminaba   abuelos  los miró de arriba a  abajo

 muy cerca, muy cerca de Orejón. Él                      41
 40       y  luego  le indicó  a  Orejón  que  se
 iba muy serio y con sus orejas muy   acercara.
 atentas,  preparado  a  defenderla  de   Orejón caminó hasta él,  seguido
 quien fuera capaz de hacer o decir   por Zana.
 algo en contra de ella.   -No escucho muy bien, pero veo
 El Abuelo de los abuelos de todos   perfectamente que me traes un rico

 los  conejos  vivía  en  una  cueva/al   regalo -dijo el anciano, fijando su
 final  de  aquel  largo  túnel. . .  de  la   mirada en Zana.
 cual hacía ya mucho tiempo que no
 salía.
 Cuando Orejón y Zana llegaron,
 el Abuelo de los abuelos estaba con,
 versando con la Abuela de las abue,

 las,  mientras saboreaban un rico té
 de apio ...
 Orejón y Zana entraron despacito.
 -¡ Buenos  días,  abuelo!  -dijo
 Orejón  tímidamente,  avanzando
 hacia ellos y tomado de la mano de

 Zana.
 -¿ Buenos  qué?  -preguntó  el
 Abuelo de los abuelos.
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