Page 29 - Zana y Orejón
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vez lo mejor era refugiarse en el fon,

          do de la tierra. Total, allá abajo hay
          piedras que parecen estrellas ...
             Pero  ahora  sabía  que  solo  pare,
          cían estrellas,  que  nunca  lograrían
          ser como las estrellas que ella había
          visto en el cielo. También bajo tie,
          rra había raíces que parecían flores,         27
 Lo que no debía pasar   pero  ya  había  visto  las  verdaderas

 Capítulo IV   flores.
             En silencio, miraba en todas direc,
          dones tratando de imaginar a dónde
          ir. Fue así que comenzó a escuchar

          el  murmullo  del  trabajo  nocturno
          de las hormigas,  el paso de la brisa
 A1   p  Z  se  sintió  entre  las  hojas  de  los  árboles  y  el
          interminable canto de los grillos.
 muy sola. La papa era su única ami,   -"No estoy sola".
 ga y se había ido.   Y sus propias palabras retumbaron

 Sin saber por qué volvió a inter,   en sus oídos, sintiendo un agujero





 e
 narse  en el bosqu . Para  Zana  todo   en su  estómago. Claro, no estaba




 se  había  transf armado  en  algo  más   sola, en algún lugar  de  ese bosque




 grande y vacío. No sabía a dónde ir.   había  un  conejo  que  en  cualquier
 Dio varias vueltas,  hasta que cansa,   momento despertaría ...
 da y perdida se encontró sentada en   Las  sombras  del reino de  arriba


 una piedra.   eran distintas,  la noche le mostraba
 B    es      enorme   un mundo  en  movimiento,  donde

 noche, pensaba...   todo  se  transformaba  en  una  ame,
 -Quizás la papa tenía razón, tal  naza .. .
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