Page 24 - Zana y Orejón
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-      tomándola
             de un brazo.
                -Pero ... , pero ... amiga espera ...
             le respondió Zana.
               -Nada  de peros  ni perros  ni


             perritos,  no  hay  nada  que  esperar,
             ahora hay que correr. No puedo  ser


             más clara:  si el  conejo  despierta,
        22   entonces sí  que  estaremos  en  un                                                                      23


             gran problema,  tú  y  yo también.

             ¿Capici?
                De pronto,  desde la dirección en
             que había caído el conejo se sintió


             un crujir  de ramas. Fue entonces



             que  la papa ya  no soportó  más y ,  a


             pesar que le dolía todo su cuerpo, le

             soltó el brazo a Zana y ,  como pudo,


             se echó  a  correr.  Así, medio  co�
             rriendo, medio cojeando, sin volver
             su mirada hacia atrás ... repetía:  "se
             lo dije, se lo dije ... después que no

             se queJe ...



                Zana corrió  tras ella. A  pesar  de
             todo, la  papa  parecía  volar  atrave�

             sando el bosque. Cuando la alcanzó,
             habían llegado al límite que separa�
             ba ai'bosque de la huerta.
                 La papa tomó a Zana de la mano y
              arrastrándola avanzó hasta el primer
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