Page 25 - Zana y Orejón
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-      tomándola
 de un brazo.
 -Pero ... , pero ... amiga espera ...
 le respondió Zana.


 -Nada  de peros  ni perros  ni
 perritos,  no  hay  nada  que  esperar,
 ahora hay que correr. No puedo  ser

 más  clara:  si el  conejo  despierta,

 22   entonces sí  que  estaremos  en  un                23

 gran problema,  tú  y  yo también.

 ¿Capici?
 De pronto,  desde la dirección en
 que había caído el conejo se sintió





 un crujir  de ramas. Fue entonces
 que  la papa ya  no soportó  más  y ,  a

 pesar que le dolía todo su cuerpo, le

 soltó el brazo a Zana y ,  como pudo,

 se echó  a  correr.  Así,  medio  co�
 rriendo, medio cojeando, sin volver
 su mirada hacia atrás ... repetía:  "se

 lo dije, se lo dije ... después que no
 se queJe ...

 Zana corrió  tras ella. A  pesar  de


 todo, la  papa  parecía  volar  atrave�

 sando el bosque. Cuando la alcanzó,
 habían llegado al límite que separa�
 ba ai'bosque de la huerta.
 La papa tomó a Zana de la mano y
 arrastrándola avanzó hasta el primer
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