Page 30 - Zana y Orejón
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Por su cabeza de zanahoria comen,
            zaron a cruzar imágenes terribles ...                     sostenerse en pie. Sus rodillas cho,
            Quizás el conejo se había desper,                         caban una con otra haciendo ruidos
            tado...  posiblemente  la  estaba                         como los de un pequeño reloj ...
            buscando...  o  se  había  unido  a                          No podía creer lo que estaba vi,

            otros conejos para cazarla ...                            viendo; ella estaba ahí y frente a ella
              Di            tras                                      un conejo.
           una roca.                                                     Había oído hablar de ellos,  pero
              Temblando  se  preguntaba  una  y                       jamás  había  imaginado  que  serían          29
                                                                      de esa manera. Parecía muerto.
                                         ,,
            otra vez, -¿  ·d"  on  d  e es tara ....                    -"¡Muerto!"  -dijo  Zana  en
                                             7
               No podía quedarse  en  ese lugar,                      voz alta,  tapándose rápidamente la

            tenía que salir del bosque. Comenzó                       boca,  como tratando de tragarse lo
            a caminar. Unas veces corría, otras,                      que había dicho.

            se escondía entre los matorrales ob,                        -... ¿Y  si  está ... ? ¿Tan  fuerte  lo

            servando  si alguien la seguía,  para                    golpeó la papa?-mirándolo de arri,



            luego seguir  buscando  la salida  de                    ba  a  abajo,  caminaba  despacio  en.

            aquel lugar,  hasta que llegó a un si,                   torno a él. Durante mucho tiempo
            tio donde los árboles eran muy altos.
            Sobre los árboles, como si alguien la
            hubiera  encendido, se levantó  una


            enorme luna, la que alumbró el bos,
            que   c      plateada ...

            Fue entonces que ·quedó  paralizada

            de miedo. Frente  a ella,  ahí,  inmó�

            vil, tirado sobre la hierba, estaba el



            conejo.  Tuvo  que taparse la  boca
            para no soltar un grito.
                       podía
            respirar, tiritaba hasta casi no poder
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