Page 12 - De porqué a Franz le dolió el estómago
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                                                                    —Si, siga —le contestó la abuela.

                                                                    Franz se dio vuelta. Detrás de él estaban
                                                                 Zac  Zac  y  una  señora  de  edad,  más  o

                                                                 menos de la edad de su abuelita. Franz se

                                                                 asustó mucho.
                                                                    —¿Cómo te va, Franz?  le dijo el

                                                                 maestro, y tomó asiento. La señora de edad
                                                                 que estaba con él también se sentó.

                                                                    —¿Usted  conoce  a  mi  nieto?  —le
                                                                 preguntó la abuela de Franz.

                                                                    —¡Soy su maestro!
                                                                    —¡Ah, me alegra conocerlo, señor Zac

                                                                 Zac! —le dijo la abuela.
                                                                    ¡Cómo podía saber la pobre abuela que







    de manera terrible, y naturalmente le habló

    de  la  escuela  y  del  antipático  Zac  Zac.
       Exactamente  cuando  Franz  estaba

    imitando la manera de hablar de Zac Zac,
    se escuchó detrás de él una voz de hombre:

       —Perdone, ¿están libres estas dos sillas?
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