Page 144 - Un-mundo-feliz-Huxley
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La puerta del faro estaba abierta. La empujaron y penetraron en la
penumbra del interior. A través de un arco que se abría en el otro extremo de la
estancia podían ver el arranque de la escalera que conducía a las plantas
superiores. Exactamente bajo la clave del arco se balanceaban unos pies.
—¡Mr. Salvaje!
Lentamente, muy lentamente, como dos agujas de brújula, los pies giraban
hacia la derecha: Norte, Nordeste, Este, Sudeste, Sur, Sudsudoeste; después se
detuvieron, y, al cabo de pocos segundos, giraron, con idéntica calma, hacia la
izquierda: Sudsudoeste, Sur, Sudeste, Este…
FIN