Page 2 - El Extranjero
P. 2

Primera parte




                                                   I


                  Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: «Falleció su
               madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias.» Pero no quiere decir nada. Quizá haya
               sido ayer.
                  El asilo de ancianos está en Marengo, a ochenta kilómetros de Argel. Tomaré el autobús
               a las dos y llegaré por la tarde. De esa manera podré velarla, y regresaré mañana por la
               noche.  Pedí  dos  días  de  licencia  a  mi  patrón  y  no  pudo  negármelos  ante  una  excusa
               semejante.  Pero  no  parecía  satisfecho.  Llegué  a  decirle:  «No  es  culpa  mía.»  No  me
               respondió. Pensé entonces que no debía haberle dicho esto. Al fin y al cabo, no tenía por
               qué excusarme. Más bien le correspondía a él presentarme las condolencias. Pero lo hará
               sin duda pasado mañana, cuando me vea de luto. Por ahora, es un poco como si mamá no
               estuviera muerta. Después del entierro, por el contrario, será un asunto archivado y todo
               habrá adquirido aspecto más oficial.
                  Tomé el autobús a las dos. Hacía mucho calor. Comí en el restaurante de Celeste como
               de  costumbre.  Todos  se  condolieron  mucho  de  mí,  y  Celeste  me  dijo:  «Madre  hay  una
               sola.» Cuando partí, me acompañaron hasta la puerta. Me sentía un poco aturdido pues fue
               necesario  que  subiera  hasta  la  habitación  de  Manuel  para  pedirle  prestados  una  corbata
               negra y un brazal. El perdió a su tío hace unos meses.
                  Corrí para alcanzar el autobús. Me sentí adormecido sin duda por la prisa y la carrera,
               añadidas a los barquinazos, al olor a gasolina y a la reverberación del camino y del cielo.
               Dormí casi todo el trayecto. Y cuando desperté, estaba apoyado contra un militar que me
               sonrió y me preguntó si venía de lejos. Dije «sí» para no tener que hablar más.
   1   2   3   4   5   6   7