Page 259 - La Odisea alt.
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retorno, de no ser por Atenea, la hija de Zeus portador de la égida, que clamó
               con un alarido y detuvo a toda la tropa.

                   «¡Parad,  itacenses,  la  mortífera  refriega,  y  así,  sin  más  sangre,  separaos
               enseguida!».

                   Así dijo Atenea. A ellos los dominó el pálido terror. De las manos de todos,
               asustados, se desprendieron las armas y cayeron al suelo todas, al dar su grito

               la diosa. Y comenzaron a regresar a la ciudad, contentos de seguir con vida.
               Un tremendo grito de ataque dio el muy sufrido divino Odiseo y avanzó con
               un salto, como un águila de elevado vuelo. Pero al punto el Crónida lanzó un
               fulminante rayo, que cayó delante de Atenea de glaucos ojos. Y entonces la
               diosa de ojos glaucos, Atenea, le dijo a Odiseo:

                   «Laertíada de estirpe divina, Odiseo de muchos ardides, párate, calma esa
               furia de guerra que a todos se extiende, no sea que se quede irritado contigo

               Zeus de voz tonante».

                   Así  habló  Atenea,  y  él  la  obedeció,  y  quedó  alegre  en  su  ánimo.  Y,  de
               nuevo, aseguró los juramentos entre unos y otros Palas Atenea, la hija de Zeus
               portador de la égida, que se mostraba allí semejante a Méntor en su figura y su
               voz.
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