Page 62 - La Casa de Bernarda Alba
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FEDERICO GARCÍA LORCA
LA PoNCIA: (Con odio envuelto en suavidad). A Martirio se le
olvidará esto.
BERNARDA: Y si no lo olvida peor para ella. No creo que esta sea
la «cosa muy grande» que aquí pasa. Aquí no pasa nada. ¡Eso
quisieras tú! Y si pasa algún día, estate segura que no traspasará
las paredes.
LA PoNCIA: Eso no lo sé yo. En el pueblo hay gentes que leen
también de lejos los pensamientos escondidos.
BERNARDA: ¡Cómo gozarías de vernos a mí y a mis hijas camino
del lupanar!
LA PoNCIA: ¡Nadie puede conocer su fin!
BERNARDA: ¡Yo sí sé mi fin! ¡Y el de mis hijas! El lupanar se queda
para alguna mujer ya difunta.
LA PoNCIA: ¡ Bernarda, respeta la memoria de mi madre!
BERNARDA: ¡No me persigas tú con tus malos pensamientos!
LA PoNCIA: (Pausa). Mejor será que no me meta en nada . ..
BERNARDA: Eso es lo que debías hacer. Obrar y callar a todo. Es
la obligación de los que viven a sueldo.
LA PoNCIA: Pero no se puede. ¿A ti no te parece que Pepe estaría
mejor casado con Martirio o ... ¡sí! con Adela?
BERNARDA: No me parece.
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