Page 61 - La Casa de Bernarda Alba
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LA CASA DE BERNARDA ALBA
LA PoNCIA: Bueno, a Martirio ... (Con curiosidad). ¿Por qué habrá
escondido el retrato?
BERNARDA: (Queriendo ocultar a su hija). Después de todo, ella
dice que ha sido una broma. ¿Qué otra cosa puede ser?
LA PoNCIA: ¿Tú lo crees así? (Con sorna).
BERNARDA: (Enérgica). No lo creo. ¡Es así!
LA PoNCIA: Basta. Se trata de lo tuyo. Pero si fuera la vecina de
enfrente, ¿qué sería?
BERNARDA: Ya empiezas a sacar la punta del cuchillo.
LA PONCIA: ( Siempre con crueldad). Bernarda: aquí pasa una cosa muy
grande. Yo no te quiero echar la culpa, pero tú no has dejado a tus
hijas libres. Martirio es enamoradiza, digas lo que tú quieras. ¿Por
qué no la dejaste casar con Enrique Humanas? ¿Por qué el mismo día
que iba a venir a la ventana le mandaste recado que no viniera?
BERNARDA: ¡ Y lo haría mil veces. Mi sangre no se junta con la
de los Humanas mientras yo viva! Su padre fue gañán.
LA PoNCIA: ¡ Y así te va a ti con esos humos!
BERNARDA: Los tengo porque puedo tenerlos. Y tú no los tienes
porque sabes muy bien cuál es tu origen.
LA PoNCIA: (Con odio). No me lo recuerdes. Estoy ya vieja. Siem
pre agradecí tu protección.
BERNARDA: (Crecida). ¡No lo parece!
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