Page 78 - Historias de Cronopios y Famas
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baila hasta avanzadas horas de la madrugada. Nuevos Acefalía
impresos se amontonan a orillas del mar, pero es impo
sible meterlos en la pasta, y así crecen murallas de
impresos y nacen montañas a orillas de los anti os
gu
mares. Los escribas comprenden que las fábricas de
papel y tinta van a quebrar, y escriben con letra cada vez
más menuda, aprovechando hasta los rincones más
imperceptibles de cada papel. Cuando se termina la tinta
escriben con lápiz, etcétera; al terminarse el papel escri
ben en tablas y baldosas, etcétera. Empieza a difundirse A un señor le cortaron la cabeza, pero como des
la costumbre de intercalar un texto en otro para aprove pués estalló una huelga y no pudieron enterrarlo, este
char las entrelíneas, o se borra con hojas de afeitar las señor tuvo que seguir viviendo sin cabeza y arreglárselas
letras impresas para usar de nuevo el papel. Los escribas bien o mal.
trabajan lentamente, pero su número es tan inmenso que En seguida notó que cuatro de los cinco sentidos se
los impresos separan ya por completo las tierras de los le habían ido con la cabeza. Dotado solamente de tacto,
lechos de los anti os mares. En la tierra vive precaria pero lleno de buena voluntad, el señor se sentó en un
gu
mente la raza de los escribas, condenada a extinguirse, y banco de la plaza Lavalle y tocaba las hojas de los árboles
en el mar están las islas y los casinos, o sea los trans una por una, tratando de distinguirlas y nombrarlas. Así,
atlánticos, donde se han refugiado los presidentes de las al cabo de varios días pudo tener la certeza de que había
repúblicas y donde se celebran grandes fiestas y se cam juntado sobre sus rodillas un hoja de eucalipto, una de
bian mensajes de isla a isla, de presidente a presidente plátano, una de magnolia foscata y una piedrita verde.
y de capitán a capitán. Cuando el señor advirtió que esto último era una
piedra verde, pasó un par de días muy perplejo. Piedra
era correcto y posible, pero no verde. Para probar ima
ginó que la piedra era roja, y en el mismo momento sin
tió como una profunda repulsión, un rechazo de esa
mentira flagrante, de una piedra roja absolutamente
falsa, ya que la piedra era por completo verde y en forma
de disco, muy dulce al tacto.
Cuando se dio cuenta de que además la piedra era
dulce, el señor pasó cierto tiempo atacado de gran
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