Page 77 - Historias de Cronopios y Famas
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Fin del mundo del fin   precipitar al mar el sobrante de libros, lo cual se cumple
       al mismo tiempo en todas las costas del mundo. Así los
        escribas siberianos ven sus impresos precipitados al mar
        glacial, y los escribas indonesios, etcétera. Esto permite
        a los escribas aumentar su producción, porque en la tie­
        rra vuelve a haber espacio para almacenar sus libros. No
        piensan que el mar tiene fondo y que en el fondo del mar
        empiezan  a  amontonarse  los  impresos,  primero  en
        forma de pasta aglutinante, después en forma de pa�ta
 Como los escribas continuarán,  los pocos lectores   consolidante, y por fin como un piso resistente, aunque
 que en el mundo había van a cambiar de oficio y se pon­  viscoso, que sube diariamente al gun os metros y que ter­
 drán también de escribas. Cada vez más los países serán   minará por llegar a la superficie. Entonces muchas a as
                                                        gu
 de escribas y de fábricas de papel y tinta, los escribas de día   invaden muchas tierras, se produce una nueva distribu­
 y las máquinas de noche para imprimir el trabajo de los   ción de continentes y océanos, y presidentes de diversas
 escribas.  Primero  las  bibliotecas  desbordarán  de  las   repúblicas son sustituidos por lagos y penínsulas, presi­
 casas; entonces las municipalidades deciden (ya estamos   dentes de otras repúblicas ven abrirse inmensos territo­
 en  la  cosa)  sacrificar  los  terrenos  de  juegos  infantiles   rios a sus ambiciones, etcétera. El a a marina, puesta
                                          gu
 para ampliar las bibliotecas. Después ceden los teatros,   con  tanta  violencia  a · expandirse,  se  evapora  más  que
 las maternidades, los mataderos, las cantinas, los hospi­  antes, o busca reposo mezclándose con los impresos para
 tales. Los pobres aprovechan los libros como ladrillos,   formar la pasta aglutinante, al punto que un día los capi­
 los pegan con cemento y hacen paredes de libros y viven   tanes de los barcos de las grandes rutas advierten que los
 en cabañas de libros. Entonces pas a   que los libros reba­  barcos  avanzan  lentamente,  de  treinta  nudos  bajan  a
 san las ciudades y entran en los campos, van aplastando   veinte,  a  quince, y  los  motores jadean y  las  hélices  se
 los trigales y los campos de girasol, apenas si la dirección   deforman. Por fin todos los barcos se detienen en dis­
 de  vialidad  consi e  que  las  rutas  queden  despejadas   tintos puntos de los mares, atrapados por la pasta, y los
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 entre dos altísimas paredes de libros. A veces una pared   escribas del mundo entero escriben millares de impresos
 cede y hay espantosas catástrofes automovilísticas. Los es­  explicando el fenómeno y llenos de una gran alegría. Los
 cribas trabajan sin tre a porque la humanidad respeta   presidentes y los capitanes deciden convertir los barcos
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 las vocaciones y los impresos llegan ya a orillas del mar.   en islas y casinos, el público va a pie sobre los mares de
 El presidente de la República habla por teléfono con los   cartón a las islas y los casinos, donde orquestas típicas y
 presidentes de las repúblicas, y propone inteligent mente   características  amenizan  el  ambiente  climatizado  y  se
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