Page 92 - Hamlet
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HAMLET.- No, él no se moverá de allí hasta que vayan por él.
CLAUDIO.- Este suceso, Hamlet, exige que atiendas a tu propia seguridad, la cual me
interesa tanto, como lo demuestra el sentimiento que me causa la acción que has hecho.
Conviene que salgas de aquí con acelerada diligencia. Prepárate, pues. La nave está ya
prevenida, el viento es favorable, los compañeros aguardan, y todo está pronto para tu viaje
a Inglaterra.
HAMLET.- ¿A Inglaterra?
CLAUDIO.- Sí, Hamlet.
HAMLET.- Muy bien.
CLAUDIO.- Sí, muy bien debe parecerte, si has comprendido el fin a que se encaminan
mis deseos.
CLAUDIO.- Yo veo un ángel que los ve... Pero vamos a Inglaterra. ¡Adiós, mi querida
madre!
CLAUDIO.- ¿Y tu madre que te ama, Hamlet?
HAMLET.- Mi madre... Padre y madre son marido y mujer; marido y mujer son una
carne misma, conque... Mi madre... ¡Eh, vamos a Inglaterra!
Escena VII
CLAUDIO, RICARDO, GUILLERMO
CLAUDIO.- Seguidle inmediatamente, instad con viveza su embarco, no se dilate un
punto. Quiero verle fuera de aquí esta noche. Partid. Cuanto es necesario a esta comisión
está sellado y pronto. Id, no os detengáis. Y tú, Inglaterra, si en algo estimas mi amistad (de
cuya importancia mi gran poder te avisa), pues aún miras sangrientas las heridas que
recibiste del acero danés y en dócil temor me pagas tributos; no dilates tibia la ejecución de
mi suprema voluntad, que por cartas escritas a este fin, te pide con la mayor instancia, la
pronta muerte de Hamlet. Su vida es para mí una fiebre ardiente, y tú sola puedes aliviarme.