Page 241 - Hamlet
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HAMLET, HORACIO, SEPULTURERO 1.º
SEPULTURERO 1. º.- Yo amé en mis primeros años,
dulce cosa lo juzgué;
pero casarme, eso no,
que no me estuviera bien.
HAMLET.- Qué poco siente ese hombre lo que hace, que abre una sepultura y canta.
HORACIO.- La costumbre le ha hecho ya familiar esa ocupación.
HAMLET.- Así es la verdad. La mano que menos trabaja, tiene más delicado el tacto.
SEPULTURERO 1.º.- La edad callada en la huesa
me hundió con mano cruel,
y toda se destruyó
la existencia que gocé.
HAMLET.- Aquella calavera tendría lengua en otro tiempo, y con ella podría también
cantar... ¡Cómo la tira al suelo el pícaro! Como si fuese la quijada con que hizo Caín el
primer homicidio. Y la que está maltratando ahora ese bruto, podría ser muy bien la cabeza
de algún estadista, que acaso pretendió engañar al Cielo mismo. ¿No te parece?
HORACIO.- Bien puede ser.
HAMLET.- O la de algún cortesano, que diría: felicísimos días, Señor Excelentísimo,
¿cómo va de salud, mi venerado Señor? Ésta puede ser la del caballero Fulano, que hacía
grandes elogios del potro del caballero Zutano, para pedírsele prestado después. ¿No puede
ser así?
HORACIO.- Sí, señor.
HAMLET.- ¡Oh! Sí por cierto, y ahora está en poder del señor gusano, estropeada y
hecha pedazos con el azadón de un sepulturero... Grandes revoluciones se hacen aquí, si
hubiera en nosotros, medios para observarlas... Pero, ¿costó acaso tan poco la formación de
estos huesos a la naturaleza, que hayan de servir para que esa gente se divierta en sus
garitos con ellos?... ¡Eh! Los míos se estremecen al considerarlo.
SEPULTURERO 1.º.- Una piqueta
con una azada,
un lienzo donde
revuelto vaya,
y un hoyo en tierra
que le preparan:
para tal huésped