Page 179 - Hamlet
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HAMLET.- Y qué, ¿los chicos han vencido en esas peleas?
RICARDO.- Cierto que sí, y se hubieran burlado del mismo Hércules, con maza y todo.
HAMLET.- No es extraño. Ya veis mi tío, Rey de Dinamarca. Los que se mofaban de él
mientras vivió mi padre, ahora dan veinte, cuarenta, cincuenta y aun cien ducados por su
retrato de miniatura. En esto hay algo que es más que natural, si la filosofía pudiera
descubrirlo.
GUILLERMO.- Ya están ahí los cómicos.
HAMLET.- Pues, caballeros, muy bien venidos a Elsingor; acercaos aquí, dadme las
manos. Las señales de una buena acogida consisten por lo común en ceremonias y
cumplimientos; pero, permitid que os trate así, porque os hago saber que yo debo recibir
muy bien a los cómicos, en lo exterior, y no quisiera que las distinciones que a ellos les
haga, pareciesen mayores que las que os hago a vosotros. Bienvenidos. Pero, mi tío padre, y
mi madre tía, a fe que se equivocan mucho.
GUILLERMO.- ¿En qué, señor?
HAMLET.- Yo no estoy loco, sino cuando sopla el nordeste; pero cuando corre el sur,
distingo muy bien un huevo de una castaña.
Escena IX
POLONIO y dichos.
POLONIO.- Dios os guarde, señores.
HAMLET.- Oye aquí, Guillermo, y tú también... Un oyente a cada lado. ¿Veis aquel
vejestorio que acaba de entrar? Pues aun no ha salido de mantillas.
RICARDO.- O acaso habrá vuelto a ellas, porque, según se dice, la vejez es segunda
infancia.