Page 128 - Hamlet
P. 128
LAERTES.- Ahora... Ésta...
CLAUDIO.- Parece que se acaloran demasiado. Separadlos.
HAMLET.- No, no, vamos otra vez.
ENRIQUE.- Ved qué tiene la Reina ¡Cielos!
HORACIO.- ¡Ambos heridos! ¿Qué es esto, señor?
ENRIQUE.- ¿Cómo ha sido, Laertes?
LAERTES.- Esto es haber caído en el lazo que preparé, justamente muero víctima de mi
propia traición.
HAMLET.- ¿Qué tiene la Reina?
CLAUDIO.- Se ha desmayado al veros heridos.
GERTRUDIS.- No, no... ¡La bebida!... ¡Querido Hamlet! ¡La bebida! ¡Me han
envenenado!
HAMLET.- ¡Oh! ¡Qué alevosía!.. ¡Oh!.. Cerrad las puertas... Traición... Buscad por
todas partes...
LAERTES.- No, el traidor está aquí. Hamlet, tú eres muerto... no hay medicina que
pueda salvarte, vivirás media hora, apenas... En tu mano está el instrumento aleve, bañada
con ponzoña su aguda punta. ¡Volviose en mi daño, la trama indigna! Vesme aquí postrado
para no levantarme jamás. Tu madre ha bebido un tosigo... No puedo proseguir... El Rey, el
Rey es el delincuente.
HAMLET.- ¡Está envenenada esta punta! Pues, veneno, produce tus efectos.
TODOS.- Traición, traición.
CLAUDIO.- Amigos, estoy herido... Defendedme.
HAMLET.- ¡Malvado incestuoso, asesino! Bebe esta ponzoña ¿Está la perla aquí? Sí,
toma, acompaña a mi madre.
LAERTES.- ¡Justo castigo!... Él mismo preparó la poción mortal... Olvidémonos de
todo, generoso Hamlet y... ¡Oh! ¡No caiga sobre ti la muerte de mi padre y la mía, ni sobre
mí la tuya!
HAMLET.- El Cielo te perdone... Ya voy a seguirte. Yo muero, Horacio... Adiós, Reina
infeliz... Vosotros que asistís pálidos y mudos con el temor a este suceso terrible... Si yo