Page 31 - Romeo y Julieta
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PRÓLOGO                  ACTO  l
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 Entra el Coro
                            ESCENA  l
 Dos nobles familias,  tan ilustre una como otra,   Una plaza pública en Verona
 en la hermosa Verana, donde ocurre esta historia,
 de antiguos odios hacen nacer rencores nuevos
 que salpicarán de sangre las manos de los suyos.   (Sansón y Gregorio, con espadas y escudos).
 De las ramas enemigas de estos troncos malditos   Sansón: A fe mía, Gregario, no podemos tolerar que sigan
 nacieron bajo malos augurios los pobres amantes   picaneándonos.
 a los que sólo la muerte libró de sus dolores   Gregario: No, porque nos convertiríamos en bueyes.
 y puso fin a la vieja discordia de sus padres.
 Los caminos funestos de sus desdichados amores   Sansón: Lo que quiero de�ir, es que si continúan picaneán­
 y el odio incurable de sus progenitores   donos sacaremos la espada.
 que sanaría únicamente con la muerte de los hijos,   Gregorio: Sí. Y nos sacudiremos el yugo.
 es la historia que ahora os haremos ver.   Sansón: A mí, si me pican, respondo rápido.
 Atended con paciencia y oíd atentamente   Gregorio: Pero no es fácil picarte como para que respondas.
 pues intentaremos que en menos de dos horas
 veáis en ella lo que tal vez no os muestra.   Sansón:  Cualquier perro de la casa de los Montesco me
        hace saltar.
        Gregorio:  Saltar  es moverse.  Pero  los  valientes resisten
        inmóviles en su puesto.
        Sansón: Cualquier perro de esa casa hará que salte a en­
        frentarlo. Y me pondré de espaldas al muro para detenerle.

        Gregorio: ¡Cuán débil eres! Sólo los débiles se arriman a
        los muros.
        Sansón: Cierto. Por eso a las mujeres, que son débiles, se las


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