Page 37 - Trece Casos Misteriosos
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-Saltar baldes llenos de agua -explicó Emi­
 lia, entusiasta.
 -¿Saltar baldes? ¿Y si nos mojamos? -alegó
 Nicky, mirando de reojo sus impecables y nuevos
 zapatos blancos.
 -¡Eso es lo entretenido! --exclamó Nena, dan­
 do un ágil trote con sus zapatillas deportivas.
 -¡Me carga saltar! -comentó Carla.
 -¡Me ofrezco para ser la primera! -gritó Tere.
 Emilia dispuso cuatro baldes en fila y los llenó de
 agua con la manguera.
 -¡Listo! ¡Toma vuelo, Tere!
 Tere retrocedió varios pasos y, con expresión
 de saltadora de vallas, partió corriendo y de una
 sola vez pasó por encima de los baldes, aterrizan­
 do sentada, pero seca.
 Se oyó una ovación.




























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