Page 36 - Trece Casos Misteriosos
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-Saltar baldes llenos de agua -explicó Emi­
           lia, entusiasta.
              -¿Saltar baldes? ¿Y si nos mojamos? -alegó
           Nicky, mirando de reojo sus impecables y nuevos
           zapatos blancos.
              -¡Eso es lo entretenido! --exclamó Nena, dan­
           do un ágil trote con sus zapatillas deportivas.
              -¡Me carga saltar! -comentó Carla.
              -¡Me ofrezco para ser la primera! -gritó Tere.
           Emilia dispuso cuatro baldes en fila y los llenó de
           agua con la manguera.
              -¡Listo! ¡Toma vuelo, Tere!
              Tere retrocedió varios pasos y, con expresión
           de saltadora de vallas, partió corriendo y de una
           sola vez pasó por encima de los baldes, aterrizan­
           do sentada, pero seca.
              Se oyó una ovación.




























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