Page 35 - Trece Casos Misteriosos
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que producían las cuentas al entrechocar-. ¡Lo
Los ojos de Emilia buscaron con disimulo un
paquete que, luego de besos y grandes abrazos, que van a decir mis amigas!
Las amigas de Emilia llegaron todas juntas a
apareció entre las sábanas.
Lo desenvolvió con dedos ágiles, tratando de las cinco de la tarde: Claudia, Nena, Carla, Nicky,
no romper el lindo papel de seda. Ante sus ojos Tere y Fran. De inmediato corrieron al dormitorio
quedó una cajita ovalada. Alzó la tapa, y allí apa de su amiga para admirar los regalos.
-¡Ohhhh! -exclamaron Claudia y Tere.
reció, entre algodones, ese collar de pepitas azules
que tanto había admirado cada vez que pasaba -¡Qué bonito! -comentaron Claudia y Nicky.
frente a la joyería que quedaba cerca del dentista. Nena, Tere y Fran se acercaron a tocarlo.
-¡El collar! -gritó, exaltada, abrazando a su -¿No te lo vas a poner? -preguntó Fran.
madre una y otra vez. -Ya me lo probé en la mañana. Pero ahora
-¿Y a mí no me toca nada?-rio el papá. los regalos estarán en exhibición -respondió la
-Es que mi mamá sabía; pero, sí, papito, festejada con una sonrisa.
¡gracias! Las amigas examinaron la polera de hilo -re
-¿ Y yo no sé también, acaso, de tus gustos? galo de la abuelita-; el mazapán, aún intacto; el
-El papá levantó la almohada y apareció un dibujo de un gato con lazo a lunares, obra de su
hermana, y obligaron a Emilia a abrir de inmedia
enorme mazapán con chocolate y nueces. to los obsequios que ellas habían traído.
Emilia estaba eufórica. Y esta vez, sin mira
u
Desp é s de algunos minutos llenos de
mientos, corrió a su dormitorio y echó hacia atrás exclamaciones y risas en los que todas se probaron
la sábana que cubría el rostro de su hermana. todo y dejaron la cama hecha un desastre, pasaron
-Carola, ¡mira! ¡Mira lo que me regalaron! al comedor. Allí, una enorme torta de merengue
Carola abrió un ojo y refunfuñó. Hasta que un con doce velitas se veía muy tentadora, rodeada
ruido de campanitas la hizo abrir el otro ojo. En- de bebidas y confites.
tonces dio un salto en la cama. Luego de comer y beber hasta que la mesa
-¡Emilia! ¡El collar! ¡Póntelo! quedó casi vacía, Emilia, muy consciente de su
Emilia lo hizo pasar por sobre su cabeza y saltó papel de anfitriona, propuso salir al jardín.
tres veces en el mismo lugar, como niña chica que -¿Juguemos a la pelota?-animó Fran.
aún era: -No. Ya les tengo un juego organizado: el
-¡Mira, qué lindo sonido tiene cuando una saltinotemojes.
se mueve! ¡Es el primer collar de verdad de mi -¿Y qué es eso?-preguntó Claudia.
vida! -dijo, encantada con ese ruido cristalino
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