Page 103 - Crónicas de Narnia I - Junio 5to Básico
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dentro del castillo, pero más extraña, más dulce y más penetrante, llegaba hasta
                  ellos la música de la gente del mar.























                        Mas en medio de todo este regocijo, Aslan se escabulló calladamente.
                  Cuando los Reyes y Reinas se dieron cuenta de que él no estaba allí, no dijeron
                  ni una palabra, porque el Castor les había advertido. "El estará yendo y
                  viniendo", les había dicho. "Un día ustedes lo verán, y otro, no. No le gusta
                  estar atado... y, por supuesto, tiene  que atender otros países. Esto es
                  rigurosamente cierto. Aparecerá a menudo. Sólo que ustedes no deben
                  presionarlo. Es salvaje: ustedes lo saben. No es como un león domesticado y
                  dócil".
                        Y ahora, como ustedes ven, esta historia está cerca (pero no enteramente)
                  del final. Los dos Reyes y las dos Reinas de Narnia gobernaron bien y su
                  reinado fue largo y feliz. En un comienzo, ocuparon la mayor parte de su
                  tiempo en buscar y destruir los últimos vestigios del ejército de la Bruja Blanca.
                  Y, ciertamente, por un largo período  hubo noticias de perversos sucesos
                  furtivos en los lugares salvajes del bosque...: un fantasma aquí y una matanza
                  allá; un hombre lobo al acecho un mes y el rumor de la aparición de una bruja,
                  el siguiente. Pero al final toda esa pérfida raza se extinguió. Entonces ellos
                  dictaron buenas leyes, conservaron la paz, salvaron a los árboles buenos de ser
                  cortados innecesariamente, liberaron a los enanos y a los sátiros jóvenes de ser
                  enviados a la escuela y, por lo general, detuvieron a los entrometidos y a los
                  aficionados a interferir en todo, y animaron a la gente común que quería vivir y
                  dejar vivir a los demás. En el norte de Narnia atajaron a los fieros gigantes (de
                  muy diferente clase que el Gigante Rumblebuffin), cuando se aventuraron a
                  través de la frontera. Establecieron amistad y alianza con países más allá del
                  mar, les hicieron visitas de Estado y, a la vez, recibieron sus visitas.
                        Y ellos mismos crecieron y cambiaron con el paso de los años. Pedro llegó
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