Page 129 - El Superzorro
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 venido? -insistió el zorrito.   tramos en la secreta sidrería de don

 -¡Abran bien los ojos y mi­  Benito! -dijo el zorro-. Pero aquí
 ren a su alrededor! -exclamó el zo­  hay  que andar  con  mucho  cuidado

 rro-.  ¿No ven nada que les  pueda   porque él vive aquí, justamente enci­
 gustar?     ma de nuestras cabezas ...
 Los ojos del tejón y el zorrito   -Hmmm ...  -dijo  el  tejón,
 se fueron acostumbrando a la oscuri­  muy contento-. Los tejones siempre

 dad.  Pronto pudieron distinguir,  en   decimos  que  la  sidra  lo  cura  todo:
 el  fondo  de  la  habitación,  un  gran   ¡un  vaso  con  cada  comida,  y  como

 armario de madera  ... y en el armario,   nuevo! -dijo don Tejón.
 grandes  garrafas  de  cristal  transpa­  -¡Cómo nos vamos a poner
 rente  ...  y en las  garrafas,  un  letrero   en  el  banquete!  -exclamó  el  zo­
 que  decía  con  letras  bien  grandes:   rro-. ¡Nos vamos a poner morados!

 SIDRA.              Sin esperar al banquete, el pe­
 -¡Ya está! ¡Ya lo tengo! -ex­  queño zorro ya hacía de las suyas. Se

 clamó el zorrito, dando un brinco en   había encaramado al armario,  había
 el aire-. ¡Hemos venido a buscar si­  abierto una jarra, y se había tomado
 dra!       un buen trago ... ¡y ahora bajaba dan­

 -¡Exacto! -dijo el zorro.   do tumbos!
 -¡Qué gran idea!  -exclamó   La sidra de don Benito no era

 don Tejón.   una  sidra  cualquiera,  ¡era una  sidra
 -Efectivamente, ¡nos encon-  SECRETA! ¡Sólo este malvado gran-
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