Page 128 - El Superzorro
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           venido? -insistió el zorrito.                                       tramos en la secreta sidrería de don

                   -¡Abran bien los ojos y mi­                                Benito! -dijo el zorro-. Pero aquí
           ren a su alrededor! -exclamó el zo­                                hay  que andar  con  mucho  cuidado

           rro-.  ¿No ven nada que les  pueda                                 porque él vive aquí, justamente enci­
           gustar?                                                            ma de nuestras cabezas ...
                    Los ojos del tejón y el zorrito                                    -Hmmm ...  -dijo  el  tejón,
           se fueron acostumbrando a la oscuri­                               muy contento-. Los tejones siempre

           dad.  Pronto pudieron distinguir,  en                              decimos  que  la  sidra  lo  cura  todo:
           el  fondo  de  la  habitación,  un  gran                           ¡un  vaso  con  cada  comida,  y  como

           armario de madera  ... y en el armario,                            nuevo! -dijo don Tejón.
           grandes  garrafas  de  cristal  transpa­                                    -¡Cómo nos vamos a poner
           rente  ...  y en las  garrafas,  un  letrero                       en  el  banquete!  -exclamó  el  zo­
           que  decía  con  letras  bien  grandes:                            rro-. ¡Nos vamos a poner morados!

           SIDRA.                                                                      Sin esperar al banquete, el pe­
                    -¡Ya está! ¡Ya lo tengo! -ex­                             queño zorro ya hacía de las suyas. Se

           clamó el zorrito, dando un brinco en                               había encaramado al armario,  había
            el aire-. ¡Hemos venido a buscar si­                              abierto una jarra, y se había tomado
            dra!                                                              un buen trago ... ¡y ahora bajaba dan­

                    -¡Exacto! -dijo el zorro.                                 do tumbos!
                    -¡Qué gran idea!  -exclamó                                        La sidra de don Benito no era

            don Tejón.                                                        una  sidra  cualquiera,  ¡era una  sidra
                    -Efectivamente, ¡nos encon-                               SECRETA! ¡Sólo este malvado gran-
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