Page 116 - El contrato social
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la educación, subrayando la importancia de la expresión antes que la represión para que el niño
llegue a ser un ciudadano equilibrado y librepensador. Las opiniones poco convencionales de
Rousseau le enemistaron con las autoridades francesas y suizas y le alejaron de muchos de sus
amigos. A raíz de esta nueva y incómoda situación, en 1762 huyó primero a Prusia y después a
Inglaterra, donde fue amparado por el filósofo escocés David Hume. No obstante, pronto surgió la
enemistad también entre ellos, que se atacaron en cartas públicas y polemizaron el uno con el otro.
Durante su estancia en Inglaterra preparó el manuscrito de su tratado La Botánica, publicado
póstumamente en 1802.
Rousseau regresó a Francia en 1768 bajo el nombre falso de Renou. En 1770 completó el
manuscrito de su obra más notable, la autobiográfica Confesiones (1782), que contenía un profundo
autoexamen y revelaba los intensos conflictos morales y emocionales de su vida. Falleció el 2 de
julio de 1778 en Ermenonville, Francia.
Aunque Rousseau hizo una gran contribución al movimiento por la libertad individual y contra el
absolutismo de la Iglesia y el Estado en Europa, su concepción del Estado como la personificación de
la voluntad abstracta de las personas y sus argumentos a favor del cumplimiento estricto de la
conformidad política y religiosa son considerados por algunos historiadores como una de las fuentes
de la ideología totalitaria. Su teoría de la educación condujo a métodos de cuidado infantil más
permisivos y de mayor orientación psicológica e influyó en el educador alemán Friedrich Fröbel, el
reformador educativo suizo Johann Heinrich Pestalozzi y otros pioneros de la educación moderna.
La nueva Eloísa y Confesiones introdujeron un nuevo estilo de expresión emocional extrema,
relacionado con la experiencia personal intensa y la exploración de los conflictos entre los valores
morales y sensuales. Con estos escritos Rousseau influyó de modo decisivo en el romanticismo
literario y filosófico de principios del siglo XIX. También marcó la evolución de la literatura
psicológica, la teoría psicoanalítica y el existencialismo del siglo XX, en particular con su insistencia
sobre el libre albedrío, su rechazo de la doctrina del pecado original y su defensa del aprendizaje a
través de la experiencia más que por el análisis.
En resumen, Rousseau podría ser definido como un pensador en cierto modo paradójico. El
espíritu y las ideas de la obra están a medio camino entre la Ilustración del siglo XVIII, con su defensa
apasionada de la razón y los derechos individuales, y el romanticismo de principios del XIX, que
propugnaba la experiencia subjetiva intensa frente al pensamiento racional.