Page 6 - Autobiografia de mi Madre v.2
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Capílo I




                                                                      �U madre murió en el momento en que yo nací, y así,
                                                                     durante roJa mi vida, no hubo nunca nada entre yo y
                                                                     la cternldad; a mi espalda sc,plaba siempre un  viento
                                                                     negro y desolado, Al principio de mi existencia, yo no
                                                                     podía saber que iba a ser así; no io supe hasta llegar a la
                                                                      mitad de mi vida, justo en aquel tiempo en que había
                                                                     dejado de ser joven y descubrí que algunas de las cosas
                                                                     que siempre había tenido de sobra ahora eran menos
                                                                      abundantes, y que poseía más de algunas otras de las
                                                                     que apenas había disfrutado en absoluto. Y ese descu­
                                                                     brimiento  de  pérdida  y  de  recompensa  me  hizo
                                                                      reflexionar acerca del pasado y del futuro: en mi ori­
                                                                     gen estaba esa mujer cuyo rostro yo nunca había visto,
                                                                     pero al final no había nada, nadie entre mi persona y
                                                                     ese negro espacio que es el mundo. Sentf entonces que
                                                                      durante toda mi vida había estado al borde de un pre­
                                                                      cipicio, que mi pérdida me había hecho yuJnemble, dura,
                                                                     y desvalida; tomar conciencia de ello me permitió ven­
                                                                     cer la tristeza, la vergüenza y la autocompasión.
                                                                        Cuando mi madre murió dejándome a mí, una vul­
                                                                     nerable criatura, haciendo frente al mundo entero, mi
                                                                     padre me puso aJ cuidado de la misma mujer a la que
                                                                      pagaba para que le lavase la  ropa.  Cabe la posibilidad
                                                                     de que le recalcara la djferenda entre los dos bultos: uno
                                                                     de ellos era su hija, no el único bjo que había traído al
                                                                            .
                                                                      mundo, pero sí el único que tenia con la única mujer con
                                                                                  '
                                                                     la que se había casado hasta entonces; d otro contenía su
                                                                      ropa sucia. Habría llevado con más suavidad uno que el
                                                                     otro, le habría dado a ella instrucciones precisas de que
                                                                      fuera más cuidadosa  con uno que  con el otro, habría
                                                                      esperado que se tratara con mayor delicadeza uno que
                                                                      el otro, pero no sé cuál de los dos le habría preocupado


                                                                                            7
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