Page 146 - Historias de Cronopios y Famas
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ENCONT É  TÍA  ESTHER  LLORANDO,  TORTUGA                                    Sus historias naturales
                    �
       ENFERMA.  RAIZ  VENENOSA,  PARECE,  O  QUESO  M.fuAS
       CONDICIONES.  TORTUGAS  ANIMES  DELICADOS.  ALGO
       TONTOS, NO  DISTINGUEN. UNA LÁSTIMA.





                                                                                                          LEÓN Y CRONOPIO


                                                                               Un cronopio que anda por el desierto se encuentra
                                                                           con un león, y tiene lugar el diálogo si iente:
                                                                                                               gu
                                                                               León.-Te como.
                                                                               Cronopio  (afligidísimo  pero  con  dignidad).-Y
                                                                           bueno.
                                                                               León.-Ah,  eso  no.  Nada  de  mártires  conmigo.
                                                                           Echate a llorar,  o lucha,  una de dos. Así no te  puedo
                                                                           comer. Vamos, estoy esperando. ¿No dices nada?
                                                                               El cronopio no dice nada, y el león está perplejo,
                                                                           hasta que le viene una idea.
                                                                               León.-Menos  mal  que  tengo  una  espina  en  la
                                                                           mano izquierda que me fastidia mucho. Sácamela  y te
                                                                           perdonaré.
                                                                               El cronopio le saca la espina y el león se va, gru­
                                                                           ñendo de mala gana:
                                                                               -Gracias, Androcles.

                                                                                                       CÓNDOR Y CRONOPIO


                                                                      (    que pasa por Tinogasta, lo acorrala contra una pared de
                                                                               Un cóndor cae como un rayo sobre un cronopio
                                                                           granito, y dice con gran petulancia, a saber:


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