Page 144 - Historias de Cronopios y Famas
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Pegue la estampill� en el ángulo                                            Telegramas
                    superior derecho del sobre











             Un fama y un cronopio son muy amigos y van juntos                Una esperanza cambió con su hermana los siguien­
        al correo a despachar unas cartas a sus esposas que viajan       tes telegramas, de Ramos Mejía a Viedma:
        por Noruega gracias a la diligencia de T h os. Cook & Son.
        El fama pega sus estampillas con prolijidad, dándoles gol­
        pecitos para que se fijen bien, pero el cronopio lanza un             OLVIDASTE SEPIA CANARIO. ESTÚPIDA. INÉS.
        grito terrible sobresaltando a los empleados, y con inmen­            ESTÚPIDA VOS. TENGO REPUESTO. EMMA.
        sa cólera declara que las imágenes de los sellos son repug­
        nantes de mal gusto y que jamás podrán obligarlo a pros­
        tituir sus cartas de amor conyugal con semejantes tristezas.          Tres telegramas de cronopios:
        El fama se siente muy incómodo porque ya ha pegado sus
        estampillas, pero como es muy amigo del cronopio, qui­
        siera solidarizarse y aventura que en efecto la vista de la           INESPERADAMENTE  EQUIVOCADO  DE  TREN  EN
        estampilla de veinte centavos es más bien vul gar  y repetida,    LUGAR 7.21 TOMÉ 8.24 ESTOY EN SITIO RARO. HOMBRES
        pero que la de un peso tiene un color borra de vino senta­        SINIESTROS  CUENTAN  ESTAMPILLAS.  LUGAR  ALTAMENTE
        dor. Nada de esto calma al cronopio, que agita su carta y         LÚGUBRE.  NO  CREO APRUEBEN TELEGRAMA.  PROBABLE­
        apostrofa a los empleados que lo contemplan estupefactos.         MENTE  CAERÉ  ENFERMO.  TE  DIJE  QUE  DEBÍA  TRAER
        Acude el jefe de correos,  y apenas veinte segundos más           BOLSA  AGUA  CALIENTE.  MUY  DEPRIMIDO  SIÉNTOME
        tarde el cronopio está en la calle, con la carta en la mano y     ESCALÓN ESPERAR TREN VUELTA. ARTURO.
        una gran pesadumbre. El fama, que furtivamente ha pues­
        to la suya en el buzón, acude a consolarlo y le dice:                  NO.  CUATRO  PESOS  SESENTA  O  NADA.  SI  TE  LAS
             -Por suerte nuestras esposas viajan juntas, y en mi        (  DEJAN A MENOS,  COMPRA DOS PARES,  UNO LISO Y OTRO
        carta anuncié que estabas bien, de modo que tu señora se          A RAYAS.
        enterará por la mía.


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