Page 77 - El vampiro vegetariano
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—Debe de ser un poco tímido -dijo Lucía
sentándose a la mesa. —Baja y te lo cuento.
—¿De qué habéis hablado? Tomás bajó en un santiamén, y estaba tan
—Me ha contado un percance que tuvo anoche. excitado que ni siquiera pidió nada para me-
Lo maniataron y lo encerraron en el ascensor. rendar. Se sentaron en el suelo del balcón, para
Tuvo que sacarlo Rosaura. Supongo que luego te disfrutar del sol de la tarde, y, en pocas palabras,
lo contará ella con todo lujo de detalles. Lucía le refirió su conversación en el parque con el
—Vaya, pobre señor Lucarda, con lo distinguido presunto vampiro.
y lo estirado que es. Espero que no le hicieran —Te has librado por los pelos -dijo el niño con
daño. un estremecimiento-. Si te llega a hipnotizar,
—No, está perfectamente. Sólo tiene una he- habría hecho contigo lo que hubiera querido. Lo
ridita en el labio. del pellizco ha sido buena idea. Lo tendré en
—Hay cada salvaje por ahí suelto...
Esa tarde Lucía no fue al colegio. Le dijo a su cuenta por si me pasa a mí...
madre que había dormido muy poco y le dolía la —¿Y qué opinas de todo este lío? -preguntó
cabeza, lo cual era totalmente cierto, y se echó ella.
—Creo que se trata de un montaje de Lucarda
una larga siesta. La despertó Tomás llamándola
desde su balcón. para echarle el guante a Camila. Mejor dicho, para
—¿Hay alguna novedad? -le preguntó su amigo hincarle el diente. ¿Qué otra cosa puede ser?
cuando ella se asomó. —Eso mismo pienso yo -convino Lucía-. Pero
—Poca cosa -contestó la niña con afectada hay cosas que no acabo de ver claras... ¿Por qué no
indiferencia-. He estado charlando con el señor lo ha matado Camila?
Lucarda. —No se puede matar a un vampiro -le recordó
—¿Qué? -exclamó él-. ¿Te estás quedando Tomás-. Ya está muerto.
conmigo? —Quiero decir que por qué no lo destruyó.
Seguro que sabe lo que hay que hacer en estos
casos.
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